Desde muy niño siempre me han gustado los animales.
Quizá esto se deba a que durante mi infancia y en el patio de mi casa, mi padre tenía una serie de jaulas con animales allí. Principalmente pollos, gallinas y patos. Recuerdo que hasta hizo una especie de estanque con cemento donde los patitos nadaban.
La verdad no recuerdo si la razón para criar esos animales era para consumo. Apenas rememoro un par de ocasiones cuando mató pollos para el almuerzo debido a la escasez económica (con mi consiguiente trauma, claro)... el caso era que le gustaban los animales, y nosotros los niños, felices.
Toda esta fauna en mi infancia me hizo querer mucho a los animales, hasta el punto que a la larga me convertí en veterinario.
Y ese interés en los animales me hizo poseedor de una serie de mascotas poco comunes que alarmaría y preocuparía a cualquier persona sensata (mi señora madre por ejemplo)
Veamos primero y brevemente a la mascota "clásica" de toda persona:
- Perros.
Como toda familia "normal", hemos tenido perros.
- Mi madre me decía que cuando era muy niño teníamos una perra llamada Cuchita. La verdad no recuerdo.
- De perros, recuerdo al mejor y más maravilloso perro de todos: "Chocolate".
Era un perro del vecino del fondo que no lo querían y lo adoptamos nosotros. Lo tuvimos desde finales de mi secundaria (1987) hasta su muerte en 1995. Siempre recordaré cómo podía detectar los temblores. Si estaba jugando con él y de repente se quedaba quieto y alerta sin ninguna razón aparente; segundos después inequivocamente venía el temblor.
Era un perro del vecino del fondo que no lo querían y lo adoptamos nosotros. Lo tuvimos desde finales de mi secundaria (1987) hasta su muerte en 1995. Siempre recordaré cómo podía detectar los temblores. Si estaba jugando con él y de repente se quedaba quieto y alerta sin ninguna razón aparente; segundos después inequivocamente venía el temblor.
Siempre será el "perro de mi vida"
- Otra perrita que estuvo después con nosotros fue "Jessica". Era una perra que encontró un colega veterinario y que también adopté. Fue contemporánea con Chocolate en sus últimos años de vejez.
Recuerdo que los primeros días de Jessica en casa, Chocolate no la vio con buenos ojos. Y quería morderla (supongo la veía como una invasora de sus dominios). Así que mientras se acostumbraba a ella decidí dejarla en mi cuarto hasta que "Choco" la aceptase. En la mañana tenía que ir a la universidad y Jessica (que se comportaba perfectamente) se debía quedar sola dentro del cuarto. Así que le dije en voz alta mientras ella estaba sentada cómodamente en mi cama:
Su tranquila mirada desde la cama me confirmaba que no tenía de que preocuparme.
Al regresar y al abrir la puerta de mi habitación; efectivamente Jessica estaba tal y como la había dejado, apaciblemente sentada sobre la cama. Pero... sobre ella, sobre la cama y sobre toda la habitación estaban regados miles de trocitos mordidos de la almohada y de la sábana haciendo ver a Jessica divertidamente inocente.
Al ver ese apocalíptico escenario no pude menos que reír y darle un gran abrazo por su ocurrencia.
Lamentablemente un explosivo brote de moquillo en el barrio le quitó la vida pocos años después.
:(
:(
Debido a la inseguridad que reina en Venezuela, es prácticamente imposible vivir sin tener un perrito con "malas pulgas" en casa (está científicamente demostrado que los ladrones le temen a los dientes de los canes)... por eso, siempre hemos tenido perros en casa. Todavía recuerdo que en un periodo de unas semanas que estuvimos sin perro, intentaron robar un par de veces.
- Luego tuvimos a Beethoven (un mestizo de Chow Chow) que me regaló un cliente en mis primeros años como veterinario. Lamentablemente un día desapareció sin dejar rastro. O se lo robaron o simplemente escapó. Era un excelente perro guardián.
- Y en la actualidad en casa está Clifford. Ya tengo muchos años que no vivo allí, pero la sana costumbre de tener perro se ha mantenido.
El buen Clifford es un perro bastante fiero pero a la vez juguetón. Siempre quiere estar sobre ti lamiéndote y apretándote con su mandíbula (con un grado de fuerza tan bajo que no se puede definir como mordida). Siempre me ha llamado la atención que, aunque pasen años sin ir a casa, Clifford siempre me recuerda. Tiene un ojo azul y el otro es tres cuartos azul y el otro cuarto marrón. Curioso.
Y siempre recordaré que la última conversación que tuve con mi madre por teléfono antes de que ella muriese de forma repentina al día siguiente, fue sobre Clifford; diciéndome lo excelente perro que era.
Ya Clifford está viejito, y espero que cuando nos deje... Sigamos teniendo en casa un can que nos proteja y podamos nosotros cuidarlo a él también. Amor recíproco.
Ya Clifford está viejito, y espero que cuando nos deje... Sigamos teniendo en casa un can que nos proteja y podamos nosotros cuidarlo a él también. Amor recíproco.
- Y en el futuro cercano me esperan dos bellas damas:
La alegre y tierna "Mora" y la seria pero noble "Sofía".
Ambas seguramente me darán muchas alegrías y satisfacciones (y enojos ocasionales, claro) haciendo que no pierda la costumbre de tener cerca la rutina de ladridos, pulgas y lamidos proveniente de esos incomparables animales que a veces nos quieren y aprecian más que los mismos humanos.
Nota:
Hubo otro perro que, aunque no fue "mi mascota" y que lo conocí por muy poco tiempo, supo ganarse mi corazon y cariño: "El Flaco"
Un perro muy tierno y tranquilo que hacía honor a su nombre. Siempre recordaré que mientras yo escribía los artículos de mi otro "Blog", el Flaco, en lugar de salir a jugar con sus otros amigos caninos, él se quedaba en la puerta de la habitación sin entrar, bien parado o echado, mirándome apaciblemente como yo escribía. Obviamente yo no resistía la tentación y de vez en cuando me levantaba para hacerle algunos cariños.
Lamentablemente falleció poco tiempo después por problemas nerviosos, posiblemente epilepsia. A pesar de haberlo conocido muy poco tiempo... me dolió mucho su partida.
Afortunadamente fue un perro rescatado y la corta vida que tuvo fue la mejor que alguien le haya podido ofrecer. Nunca le faltó atención, comida o mimos. Tuvo una buena vida, y dejó mucha felicidad a su paso.
Por eso me alegra y conmueve cómo esos animalitos que no pueden hablar, se pueden comunicar perfectamente con nosotros y nos llenan la vida de felicidad y amor.
Por eso, esta publicación está dedicado a ellos... los nobles y maravillosos Perros.
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A manera de despedida...
"Si creyera en la inmortalidad, creería que ciertos perros que conozco irán al Cielo; y también muy, muy pocas personas.
James Thurber
Noe eres una persona que ama a la naturaleza, yo la amo también y hablo con los árboles, las plantas y sobre todo con los animales, fauna y flora son seres vivos y aunque no tengan voz saben transmitir sus sentimientos. Muchas gracias por socorrer a los animalitos, Dios te bendiga por misericordioso.
ResponderEliminarNoe eres una persona que ama a la naturaleza, yo la amo también y hablo con los árboles, las plantas y sobre todo con los animales, fauna y flora son seres vivos y aunque no tengan voz saben transmitir sus sentimientos. Muchas gracias por socorrer a los animalitos, Dios te bendiga por misericordioso.
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