Nada de eso. Todo el mundo interpretó que, por el mero
hecho de ser investigados, todos los implicados en esta investigación, cuya
cara más visible era la de Marta
Dominguez, eran culpables. Eso es lo malo de la
sociedad de la información
en la que nos ha tocado vivir. Una época en la que las opiniones de unos pocos
llegan a muchos en cuestión de minutos u horas. Una época en la que la mayoría
de las personas tragan con todo lo que les dicen desde estos medios de
comunicación sin pararse ni por un momento en querer pensar por ellos mismos. ¿Qué
unos dicen que Marta Dominguez se dopa? Pues será verdad ¿no? Hala, todos
contra Marta. ¿Qué otros dicen que los del Barça también se dopan? Pues será
verdad ¿no? Hala, todos contra el Barça. Nadie se plantea seriamente que
primero se ha de realizar una investigación y ver si es verdad y que el hecho
de que unos pocos digan algo no implica que ese algo sea verdad. Pero parece que está claro que a demasiadas
personas eso les importa poco menos que un carajo. Aquí nadie se plantea
aquello de “a saber si será verdad”. Para ellos es verdad y punto. Bueno,
será verdad a no ser que las informaciones toquen a su equipo. Entonces pasamos
de la “verdad más absoluta” a “la mentira más ruin”.
Pues bien, hace unos pocos días, la jueza que lleva el
caso decretó el sobreseimiento del caso por no haber indicios de delito. Entonces
Es cuando me asaltan varias preguntas como: Y ahora, ¿què? ¿No se merecen una
portada con el titular “SON INOCENTES”?
¿Dónde están aquellos que se rasgaban las vestiduras cuando se descubrió que
tanto la palentina como otros atletas eran investigados? ¿Acaso no se alegran
ahora que sean inocentes? O es que la gente que no juega al fútbol solamente
cuenta cuando salen asuntos turbios? Si entonces estaban tan enfadados porque supuestamente (no olvidemos esta
palabra) estaba implicada en un caso de dopaje, ahora deberían estar contentos
porque no era así ¿no? ¿O es que simplemente no quieren reconocer que se han
quedado con el culo al aire? Porque, claro, después de pasarse semanas y meses
señalando con el dedo a estos deportistas y dando por sentado que eran
culpables, ahora decir que son inocentes, pues debe ser bastante jodido. La
verdad es que me imagino a los jefes de estos periódicos preguntándose ¿Y
ahora qué narices hacemos con todas estas portadas? ¿Y con los artículos
diciendo que eran culpables? No es difícil imaginarse la cara de poker
que habrán puesto todas estas personas tras conocer este auto…
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